Corta y ora
Una noche soñé que iba andando por la playa con Dios, y que se proyectaban en el cielo muchas escenas de mi vida.En cada cuadro veía huellas de pisadas en la arena. A veces las de dos personas, y a veces solo las de una.Observe que durante los periodos mas difíciles de mi existencia se veían las huellas de una sola persona.Y dije: “me prometiste Señor, que siempre caminarías a mi lado, ¿Por qué cuando más te necesitaba no estabas conmigo?”El me respondió: “cuando viste las huellas de una sola persona, hija mía, fue cuando tuve que llevarte en brazos.”
A estas alturas del curso en las que el ritmo está más que cogido, es tiempo de silenciarnos, de escuchar para seguircaminando, de entrar dentro de nosotros y nosotras para beber del agua fresca de nuestro pozo. Es tiempo paraescuchar el eco de lo entregado y donado en este curso, es tiempo también de desechar trapos viejos para vivir unanueva realidad…