Acabo de cerrar Facebook. He estado chateando un rato con Vane. Vane
Cid, de Córdoba. “Vane, la niña con la voz más dulce”, le escribo. Los nuevos
medios de comunicación permiten esto, encontrarse en la red, como
uno se encuentra en la calle (salvando las distancias o acercándolas, depende)
y preguntarse: “¿qué tal estás?, ¡cuánto hace que no te veo!, ¿qué
haces ahora?” y charlar-chatear un rato de cosas sin importancia… y, a
veces, de importancia.
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